solución de conflictos matrimoniales con una segunda luna de miel

¿Puede una segunda luna de miel solucionar los conflictos de pareja?

Cuando hay dificultades al interior de la pareja, solemos intentar muchas cosas, pero lo único que no hacemos es realmente trabajar por la relación.

En muchos casos pensamos que un paraíso romántico puede volver a avivar la chispa del amor, y solucionar todos nuestros conflictos, es muy cierto que un merecido descanso, cuando hay presiones y poco tiempo, resulta ser muy gratificante, pero cuando los problemas son la base, pero lo que sucede es que nuestras dificultades viajan con nosotros.

Cuando estos conflictos no están resueltos ni el mejor paraíso, ni el mejor hotel de lujo, ni el mejor sitio será lo que resuelva el problema.

Hay ocasiones en que las parejas suelen "intentar llevarse bien" y hacer "como si nada pasará", pero cuando regresan de la anhelada luna de miel, el conflicto vuelve a aparecer o incluso el mismo descanso suele ser el marco de las discusiones, por lo que nuestro paraíso termina convirtiéndose en un infierno.

Somos nosotros mismos, los que podemos esforzarnos para hacer de nuestra vida un infierno o un paraíso, y digo esforzarnos por que a veces parece que ponemos tanto empeño en que nuestro hogar sea como un campo de guerra, que lo peor de todo, es que lo logramos, y con creces.

Este lugar es como un paraíso, el pasto muy verde, árboles frutales alrededor, el clima ideal y en medio de este paisaje, tenemos una gran mesa exquisitamente servida, con los mas deliciosos manjares.

Solo que los comensales que se encuentran alrededor de la mesa, están muy disgustados y molestos, ninguno puede comer,
por que los tenedores que hay en la mesa son demasiado largos, y es imposible llevarse la comida a la boca, y lo único que logran al intentar hacerlo, es golpear al comensal de al lado.

En una segunda escena, tenemos el mismo paisaje, la mesa y la comida, solo que en esta ocasión los comensales, están muy contentos y comen animadamente, también los tenedores son muy largos, pero aquí cada quien le da de comer a su vecino de al lado.

Muchas veces la solución está en nuestras manos, pero a veces dejamos que la herida profundice, asignamos poco o ningún tiempo a nuestra relación de pareja y algunas cosas como
la rutina, el trabajo, el cuidado de los niños y del hogar, van poco a poco ocupando su lugar, pero debemos reservar tiempo de pareja, para poder no solo compartir con nuestro compañero, sino para hacer esas cosas que nos gusta hacer juntos.

Los problemas no resueltos, no desaparecen, están allí clavados como una pequeña espina, que mientras menos le hagamos frente más y más hondo se ira clavando.

Procure siempre un diálogo constructivo, que lleve a un buen entendimiento, cuando su compañero le pregunte el motivo por el cual está disgustada no de por hecho que su pareja sabe, o lo entiende por que en la mayoría de los casos no es así.

Hable de aquello que le molesta, de las expectativas que tiene, y de lo que le gustaría recibir.
Las comunicaciones claras hacen matrimonios y parejas más saludables y felices.

No olvide que algunas personas pueden requerir ayuda profesional, si la necesita, no dude en buscarla.

Cuando fue la última vez que tuvo un detalle con su pareja? ¿

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Diana Ohana.