hacer el amor

Hacer el amor es diferente a tener relaciones sexuales, están implicados los sentimientos los deseos del uno y del otro, va más allá de una simple descarga sexual, que van más allá de un compromiso o de mis funciones como miembro de la pareja.

Lograr una buena sexualidad implica que intervengan todos y cada uno de nuestros sentidos, que incluso llegue a nuestro cerebro permitiéndonos fantasear o imaginar, haciendo que la entrega sea total y completa.

¿Pero Cómo Lograrlo?

¿Aún cuando la monotonía y la rutina se apoderan de nuestra relación?

Es precisamente por esto, que debemos involucrar todos nuestros sentidos, y no olvidar que es a través de ellos, que nos estimulamos sexualmente, o que tenemos deseos de tener relaciones sexuales.

Analicemos un poco:

El Tacto

Es una de las primeras formas de contacto, asociadas desde el nacimiento con dar y recibir afecto.

Es la forma que utilizamos cuando cortejamos, o cuando estamos siendo cortejados permitiéndonos darnos las manos, abrazarnos rozarnos, pero que con la costumbre de estar juntos vamos perdiendo poco a poco.

En muchas ocasiones se genera incluso satisfacción y frustración, por que quien necesita ese contacto vive como una forma de rechazo el no recibirlo, y cuando las caricias de quien da no son bien recibidas, se pueden generar sentimientos de rechazo, de que ya no se desea recibir ese contacto.

¿Cómo Recuperarlo?

Con caricias y abrazos, buscar la sensibilidad por las diferentes Zonas del cuerpo, erotizándolo, sin centrarnos en los genitales.
Buscar esos puntos sensibles que nos pueden llegar a producir placer y donde los movimientos deben ser suaves, variados, delicados y no repetitivos

La Vista

En un principio empleamos nuestra vista para saber si la persona nos es atractiva o no.
Con el paso del tiempo podemos olvidarnos de la importancia de nuestro cuidado personal frente a nosotros mismos y a nuestra pareja.

¿Cómo lo podemos aprovechar?

En la sexualidad lo empleamos disfrutando del cuerpo desnudo de nuestra pareja, la ropa o lencería que se usa para la intimidad, para descubrir o darnos cuenta de la cara de placer de nuestro compañero cuando intimamos, o de cómo se funden nuestros cuerpos cuando lo hacemos.
 

El Olfato
 

Un olor agradable o no, puede transportarnos a situaciones o lugares en las que hemos estado y que hemos asociado con ese olor.

En la industria ha sido aprovechado y explotado con los perfumes, es agradable estar con una persona que huele bien, y que su olor nos transporta.

Pero hemos perdido la capacidad de oler nuestros propios olores corporales, que hoy en día se explotan en la industria sexual y que tienen que ver con las feromonas que se utilizan actualmente como estimuladores sexuales.

El cuidado personal en este aspecto debe no solo no olvidarse sino ser aprovechado para estimular y hacer más placenteras nuestras relaciones.

Podemos incluso intentar preparar nuestro cuarto con olores o velas aromáticas que están destinadas a generarnos deseo y placer.

El Oído
 

Está relacionado con la capacidad de escuchar y de oír, va desde lo tierno y lo romántico, hasta las palabras dulces, o amorosas hasta lo soez.

Cada pareja tiene su cosas, aquello que les gusta oír, y que va desde música de fondo, que nos incita al placer, gemidos, la respiración agitada, palabras que nos gusta que nos digan susurros en el oído.

Explotar este sentido puede favorecer nuestra intimidad
 

El Gusto

Este sentido ha sido muy explotado fuera de la sexualidad e incluso por la industria cinematográfica.

Cuando iniciamos las relaciones es una primera forma de contacto, con los besos, apasionados o menos apasionados que poco a poco nos vamos olvidando de su importancia y dejándolos como si solo hicieran parte del cortejo o de una etapa más adolescencial.

Pero no debemos subestimar su importancia, su factor enriquecedor y estimulante de una relación sexual.

El sentido del gusto también está involucrado en el sexo oral
Si quieres mejorar tu sexualidad, no dejes de lado ninguno de los sentidos, dedícate a cultivarlos, a incentivarlos y a sacarles el mejor partido, no descuides ninguno, prepara un ambiente adecuado y revive esos momentos mágicos, que con el paso del tiempo se han ido perdiendo y que junto con la imaginación y la creatividad pueden transformar nuestra intimidad.

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